La formación de calidad, un antídoto para la crisis.
La Formación, herramienta estratégica de desarrollo
El mundo empresarial se encuentra sometido a fuertes exigencias de innovación, flexibilidad y complejidad para mantener su competitividad. Por ello, las empresas deberán invertir en inteligencia. Esto no es un lujo, es una necesidad básica.
Contar con personas capaces de hacer frente a la incertidumbre y al cambio permanente al que se enfrentan supone dejar de pensar a corto plazo y desarrollar objetivos a medio y largo plazo. Es decir, invertir en la formación de su personal.
La formación en las organizaciones debe ser un proceso continuo a través del cual se desarrollen competencias y comportamientos laborales de los trabajadores, asegurando su capacitación y su desarrollo personal y profesional. El objetivo fundamental de la formación es mejorar la eficacia, eficiencia y seguridad de las personas en el trabajo.
¿Por qué la formación tiene un valor estratégico tan elevado para las empresas y para las personas?
Para las empresas supone:
- Trabajar con un nivel alto de calidad
- Mejorar la seguridad, incrementando la salud laboral
- Alcanzar niveles elevados de productividad
- Proyectar una buena imagen de la empresa
- Disminuir la conflictividad, mejorando la satisfacción y cooperación entre los trabajadores
Como consecuencia de todo esto se obtendrá un aumento de la competitividad de la empresa.
Para las personas supone:
- Incrementar su nivel competencial
- Aumentar la satisfacción porque actúa sobre las necesidades superiores de las personas
- Ayudar a que mantengan un alto nivel de empleabilidad
- Instruirse sobre comportamientos que mejoran su seguridad y por tanto, la salud en el trabajo
Desde Poder Ser Más desarrollamos formación a través de cursos estándar que impartimos en nuestros centros asociados, y también formación configurada “ad hoc” de nuestros clientes corporativos.